El senador nacional Luis Juez ha emitido críticas hacia la vicepresidenta Victoria Villarruel, aseverando que esta ha sido “devorada por el personaje” y subrayando que su función institucional debería ser la de respaldar al presidente Javier Milei, en un contexto en el que ambos ya evidencian agendas separadas.
En sus declaraciones, Juez sostuvo haberle transmitido dicho comentario directamente a Villarruel y afirmó que, durante los últimos dos años, ha trabajado “enormemente” para asegurar que la Cámara alta operara en consonancia con los proyectos del Gobierno. Según su apreciación, la falta de coordinación entre la Vicepresidenta y Milei pone de manifiesto una fractura que no debería existir en el binomio presidencial.
El legislador sostuvo que la función del vicepresidente consiste en acompañar el plan del jefe de Estado y advirtió que dicha lógica se encuentra prácticamente ausente en la actualidad. Señaló que la distancia pública entre ambos mandatarios alimenta especulaciones internas e, incluso, potencia la búsqueda de notoriedad por parte de Villarruel.
Juez manifestó que “el poder es un gran afrodisíaco” y que, ante la aparición de aduladores que mencionan la línea sucesoria, algunos dirigentes pueden llegar a creer en ese escenario. A su juicio, esta dinámica también ha influido en la conducta reciente de la titular del Senado.
Críticas al comportamiento político y al conflicto por los sueldos
El senador amplió su análisis, afirmando que ciertos sectores alentaron la idea de una eventual caída de Milei, lo que posicionaba a Villarruel como sucesora natural. Cuestionó que, si un dirigente no está debidamente preparado, puede “empezar a creer” en estos comentarios y perder la claridad respecto a su rol institucional.
Adicionalmente, rememoró los episodios relacionados con el aumento salarial de los senadores, un tema que generó fuertes tensiones dentro del oficialismo. Luis Juez calificó la postura de Villarruel en esa discusión como “una canallada” y “una vergüenza de la que no se iba a poder volver”, lo que profundizó su malestar con la Vicepresidenta.
Para concluir, reiteró que un vicepresidente debe acompañar la suerte del presidente y que, si ese compromiso no existe, “mejor no aceptar el cargo”, enfatizando que Argentina ha tenido vicepresidentes de perfil bajo, precisamente debido a la naturaleza de la función.



















